

¿Cuál es la diferencia entre el aceite para motores de competición y el aceite normal para motores de calle?
Un coche de carreras necesita productos y cuidados diferentes a los de un coche de uso diario. Mientras que un coche normal está pensado para el día a día, donde cosas como el consumo de combustible y la comodidad son importantes, un coche de carreras está diseñado para sacar el máximo partido al coche con un objetivo muy específico en mente. A menudo, el chasis, los neumáticos, el motor, la suspensión, el interior y la aerodinámica se ajustan para conseguir los mejores resultados. Por lo general, los materiales de un coche de carreras son más sensibles y necesitan los mejores productos disponibles. Usar un producto con especificaciones ligeramente diferentes a las requeridas puede provocar un mal rendimiento o incluso dañar o romper piezas.
Los motores de los coches normales están hechos para que puedas conducir cómodamente y durar mucho tiempo. Por eso, la potencia se distribuye en un rango de RPM (revoluciones por minuto) para conseguir una aceleración lineal. El motor de un coche de carreras tiene que soportar mucho estrés. Estos motores suelen estar ajustados y diseñados para ofrecer la máxima potencia y par motor a altas revoluciones. Generan un calor y una presión extremos que no se darían en un coche normal. Obviamente, esto es muy exigente para el motor y, por lo tanto, el aceite debe ofrecer la protección adecuada.

El tipo más común de aceite de competición es el de viscosidad 10W-60, basado en una mezcla de aceites base PAO totalmente sintéticos del Grupo IV. Sin embargo, hay muchas mezclas de aceites base posibles. Una especificación importante del aceite de competición es un requisito de viscosidad HTHS (alta temperatura/alto cizallamiento) de un mínimo de 3,7 mPas, lo que indica una mayor capacidad de carga del aceite que la que se observa normalmente en las especificaciones definidas por API o ACEA, donde el requisito más alto es un mínimo de 3,5 mPas.
Al igual que los coches de carreras se diseñan con un propósito diferente al de los coches normales, lo mismo ocurre con el aceite de motor. Los aceites de motor de competición están diseñados para cumplir los requisitos de los coches de carreras y, por lo tanto, tienen propiedades diferentes a las de los aceites de motor normales.